Con motivo de la remodelación de la plaza Independencia, LA GACETA publicó este mes un suplemento especial dedicado a resaltar la riqueza histórica y urbanística del microcentro capitalino. Muchos lectores quedaron sorprendidos por una imagen que reveló la presencia de un surtidor de YPF en plena calle 24 de Septiembre, a escasos metros de la Catedral.
El hallazgo fotográfico nos recuerda que la relación entre los surtidores y San Miguel de Tucumán es centenaria. Fue en la década del 20 del siglo pasado cuando la Municipalidad reguló la venta de combustibles, que antes se hacía libremente en la calle. Y ese surtidor que muestra la foto, instalado en la vereda de la plaza Independencia, fue adjudicado a Rafael Paz.
La miscelánea liberó infinidad de recuerdos y apareció en sobremesas y charlas de café el registro de tantas estaciones de servicio que dejaron una huella en la ciudad y ya no están. O que permanecen cerradas desde hace tiempo, generando la inquietud sobre el destino de las propiedades. Los cambios en la naturaleza del negocio fueron notorios y las viejas estaciones son minishoppings. Como dice Gustavo Sanz, propietario de la clásica Oasis en Banda del Río Salí, la clave es reinventarse para perdurar. Este reportaje fotográfico lo demuestra.